Entrevista en Radio Nacional de España “Frontera”

 

Entrevistador: Abel Hernández

21 de abril de 1984

 

Traemos a “Frontera” hoy a un jesuita un poco especial. Ha publicado un libro que se titula Para salvarte, y es un caso que parece inédito en vida de un autor: sin traducciones se han vendido más de un millón de ejemplares de este libro. Es una especie de catecismo de adultos, para razonar la fe.

 

El Padre Jorge Loring, como digo jesuita, lleva veinticinco años dedicado a estudiar la Sábana Santa. Humildemente él dice que no es el máximo experto, que hay otro religioso español, el Padre Carreño, que sabe mucho más. Pero en este momento, el hombre que aparentemente en España, de cara a la opinión pública, sabe más, es el Padre Loring.

 

Tenemos la suerte de tenerlo hoy con nosotros para hablar largamente de este fenómeno, para un cristiano tremendamente respetable, para un agnóstico, por lo menos un fenómeno científico curioso.

 

Padre Loring, vamos a empezar a hablar de la Sábana Santa. ¿Qué hay de su autenticidad, por ejemplo? Bien es cierto que en esta Sábana de Turín se envolvió un cadáver de un tipo determinado, y parece que de un judío: ¿puede hablar de todo esto?

 

-Hay muchísimas cosas que decir de todo esto. Primero, que por supuesto hay en Turín un lienzo que ha cubierto el cadáver de un crucificado. Hasta ahí, es una cosa tan admitida que no lo discute nadie. Después también se demuestra que este crucificado fue Jesucristo. Sabemos que no fue de otro crucificado.

 

La figura histórica de Jesús: Jesús de Nazareth.

 

-Bueno, entonces cogemos la cosa más arriba, Jesús de Nazareth fue un hombre que vivió en un país concreto, Palestina; en un tiempo determinado, en tiempo de Poncio Pilatos. De Él nos hablan Flavio Josefo, Tito Livio, Tácito, Suetonio, Plinio el Joven... Historiadores del Imperio Romano que nos hablan de Jesús de Nazareth. Un personaje histórico.

 

Resulta que ahora tenemos una sábana que está en Turín. Que la analizan los expertos y dicen que esta sábana tiene dos mil años de antigüedad, porque el tejido se ha hecho en unos telares que dejaron de funcionar después del siglo I de nuestra era.

 

¿Cuál es el material de la sábana?

-Es de lino. El lino en ambiente seco se conserva maravillosamente. Yo he visto en Turín, en el Museo Egipcio, lienzos de lino de cuatro mil años de antigüedad y en perfectas condiciones.

 

Segundo, Este lienzo estuvo en Palestina en el siglo I. Esto es seguro. ¿Quién ha demostrado esto?: Max Frei, que es un criminólogo suizo de la INTERPOL. Este hombre es palinólogo. Este hombre estudia los granos de polen que quedan pegados en el tejido. Los granos de polen son microscópicos. Pero al ampliarlos se ve que tienen formas geométricas, muy bonitas, perfectamente diferenciadas y fácilmente catalogables. Entonces el especialista que sabe en qué zona se da cada planta, porque no todas las plantas se dan en todas partes, encuentra en esta sábana gran cantidad de granos de polen de plantas exclusivas de Palestina. Y el palinólogo sabe el área de difusión del polen de la planta, porque el viento no se lleva el polen más allá de ciertos límites: el viento amaina y el polen cae. Entonces, si el palinólogo encuentra en este lienzo granos de polen de plantas exclusivas de Palestina, y polen que tiene dos mil años de antigüedad, de plantas desaparecidas, cuyo polen hoy sólo se encuentra en estratos sedimentarios de Palestina del siglo I, este lienzo sin duda estuvo en Palestina en el siglo I. Porque estos granos de polen, ¿quién pudo manipularlos en la Edad Media, cuando nadie conocía el polen? No había microscopio. Luego si este lienzo lleva mil años en Europa, y encontramos hoy en él granos de polen de dos mil años de antigüedad, de plantas que sólo se dan en Palestina, sólo el viento pudo incrustarlos. Es indiscutible: este lienzo estuvo en Palestina en el siglo I.

 

¿Cuál es el avatar histórico que corre este lienzo? ¿Qué se sabe de eso?

-De la trayectoria europea hay muchos datos, muchos documentos. De lo que hay menos documentos, como es lógico, es de los primeros años. Yo hablé de esto en las tres universidades de Madrid: en la Complutense, en la Autónoma y en la Politécnica. Cuando hablé de esto en la Complutense, en el Salón de Biológicas, un chico  me dice:

 

-Vd. Nos ha presentado documentos de la trayectoria europea, pero no ha presentado ningún documento de los primeros años.

 

-Tienes razón – le dije - , pero no seas hipercrítico, no seas ridículo. Mira, si en la tumba vacía aparece una sábana, es lógico que esa sábana vaya a manos de María Santísima, que es la Madre de Jesús. Si María Santísima vive con San Juan, es lógico que al final de su vida le deje la sábana a San Juan. No me seas hipercrítico y no seas ridículo. María Santísima le deja la sábana a San Juan, y se acabó. Y no busques documentos que no existen. De eso no hay documentos.

 

Sin embargo, tenemos un documento infalsificable: el polen que Max Frei ha encontrado en el lienzo.

 

Yo hablé en el Congreso de Turín con el historiador Ian Wilson, que era ateo, y según su propia confesión se ha hecho católico estudiando la Sábana Santa. Me dijo: “Yo estoy convencido de que el lienzo que está en Turín es el que pasó de Edessa a Constantinopla”. Y otro historiador de la universidad inglesa de Cambridge, Robinson, me dijo a mí, y después lo dijo también en público: “Yo que soy escéptico de nacimiento y me río de todo, me he reído muchas veces de la Sábana Santa, antes de estudiarla. Pero desde que la estoy estudiando, soy un entusiasta de ella”.

 

P. Loring, ¿hay otros lienzos de muertos de la época?

 

-Bueno, yo he visto en el Museo Egipcio de Turín el lienzo sepulcral del faraón Rha, de 4.000 años de antigüedad, que también se conserva muy bien. También hay muchas copias de la Sábana Santa. Por el mundo hay más de 40. En España creo que hay dieciséis copias. Yo he visto varias. La mayoría son deficientes, Unas responden más o menos al original, pero otras son fruto de la imaginación del artista. Alguna tiene un palo alrededor de la cintura, el cual no existe en el original. Una de las mejores que yo he visto está en Campillo de Aragón, cerca del Monasterio de Piedra. Fue un obsequio del Gran Maestre de la Orden Militar Hospitalaria de Malta a su pueblo natal, en el siglo XVII... Creo que hay otra copia muy buena en Santiago del Estero (Argentina). Yo he visto una, también muy buena, en la residencia de los PP. Jesuitas de Génova (Italia). Fue famosa la copia que había en Besaçon que fue destruida durante la Revolución francesa. Pero la Sábana Santa auténtica es la de Turín: ninguna de las otras pretende ser auténtica. En todas pone: “Copia de la Sábana Santa de Turín”. Son copias más o menos buenas, pero ninguna pretende ser auténtica. La auténtica está en Turín.

 

¿Cómo se ha reflejado en un envoltorio?

-Cristo está grabado de cuerpo entero. Se ve perfectamente a Cristo: su estructura atlética, su armonía de proporciones y su cara. La imagen de Cristo ha quedado fotografiada en el lienzo.

 

¿Cómo es?

-Pues de 1,80 m de estatura. He de decir que no todos los médicos dan exactamente la misma medida. Es que es un poco difícil, porque las piernas están un poco curvadas. No puedes medir con exactitud como en una medida plana. Pero yo sigo al Dr. Bucklin. Primero, porque lo he conocido personalmente en el Congreso de Turín, y para mí es un hombre de una enorme categoría. Además, porque sé que es director de la clínica forense mejor del mundo, según dicen, en Los Ángeles, California, y es un entendido. Y este hombre, el Dr. Bucklin, dice que es de 1,80 m. Otros dan otras medidas.

 

¿Con barbas y con melenas?

-Ah, por supuesto. Sí, sí. Pelo largo y barba. Una cosa interesante es que toda la iconografía de Cristo se unifica a partir de la veneración de la Sábana Santa en Constantinopla. En las catacumbas, a Cristo se le representa unas veces con el pelo largo y otras con el pelo corto, al estilo romano; pero a partir del siglo X, todas las caras de Cristo aparecen siempre con el pelo largo y barba. Es decir, según la Sábana Santa.

 

Un detalle muy bonito: en el Congreso de Turín, un profesor de Arte, nos puso muchas diapositivas de iconos con la cara de Cristo en el arte bizantino como el mosaico de la cúpula de Santa Sofía, en  Salónica, el Santo Rostro de la Catedral de la Dormición en Moscú, etc.; y todas tenían en la frente un caracolillo. Como un signo de interrogación. Y nos decía él que se debe a que en la Sábana Santa, Cristo tiene en la frente un tremendo reguero de sangre, en forma de 3 invertido. Y esta mancha que se veía en la Sábana Santa, aquellos antiguos pensaron que se trataba de pelo, y entonces todos los que pintaban la cara de Cristo le ponían el caracolillo en la frente. Influjo de la Sábana Santa.

 

¿Delgado o grueso?

-No, no. Ni delgado ni grueso. Proporciones perfectas. Armonía perfecta. Un hombre de 1,80 m., de estructura atlética. Cuando se  ve la fotografía, llama la atención. La foto es impresionante. El que no la ha visto no se imagina que se vea tan bien. Sobre todo en diapositivas. Yo he visto la Sábana Santa a simple vista y, honradamente, a simple vista apenas se ve. Sabiendo lo que hay, ya lo adivinas; pero a simple vista se ve muy poco.

 

Bien, entonces tenemos un personaje envuelto en una sábana.

Misteriosamente aparece fotografiado el personaje, y parece que es de aquella época. ¿Por qué hay mucha gente que dice que todo esto son cuentos chinos?

-Vamos a ver. Esto es muy interesante. Primera afirmación: ningún científico que ha tenido acceso a la Sábana Santa duda de su autenticidad. Todo lo contrario. El Dr. D’Muhala, Presidente del Nuclear Techonogies Corporation de Connecticut en EE.UU. y uno de los científicos que han estudiado la Sábana Santa, escéptico al principio sobre la Sábana Santa, después de haberla estudiado, dice: “Todos los científicos con quienes he hablado están seguros de la autenticidad de la Sábana Santa”.

 

Acaba de salir en “Selecciones del Reader’s Digest” del mes pasado, un artículo sobre un libro científico sobre la Sábana Santa. Continuamente los científicos van encontrando datos que confirman su autenticidad.

 

El Dr. Donald Lynn del laboratorio de Propulsión de Pasadena (California), colaborador de Jackson y Jumper, dijo por Televisión Española en el espacio “La Clave”, el Viernes Santo del año pasado: “No se ha encontrado nada que demuestre que la Sábana Santa no es auténtica”.

 

Ahora, gente que habla de oídas, de segunda o tercera mano, o que no sabe, puede dudar. Yo oí por Radio Nacional a un señor que se presentaba como científico, decir que la Sábana Santa era una pintura de la Edad Media. Este señor no sabe que es una cosa archidemostrada que no es una pintura. Porque al microscopio, entre hilo e hilo, no se ven grumos de pintura.

 

Y los hilos están coloreados sólo superficialmente, al estar un poco chamuscados. En cambio donde hay sangre, los hilos están empapados, la sangre se ve por el revés, y aparece sangre entre los hilos.

 

¿Se ha demostrado que hay sangre?

-Quiero terminar esto, perdón; después diré lo de la sangre.

 

Segundo: el entrevistador que era Luis del Olmo, le preguntó qué dimensiones tiene esta sábana.

 

Y le dijo el otro: “Bueno, pues la estatura de un hombre, unos dos metros”. Este señor no ha visto la Sábana ni en fotografía. ¡Porque la Sábana tiene cuatro metros y medio! Este señor ha visto la mitad de la fotografía. Ha visto la proyección frontal, pero no ha visto la proyección entera. Porque la Sábana Santa cubrió al Señor por delante y le cató por detrás, y las dos figuras dorsal y frontal están yuxtapuestas por la cabeza. La Sábana  tiene 4,36 metros. Este señor que se atreve a afirmar por Radio Nacional que la Sábana Santa es falsa, resulta que no la ha visto ni en fotografía. ¡Hombre, más seriedad, que se presenta Vd. como científico! Esta osadía de hablar de lo que no se sabe, por desgracia es muy frecuente.

 

¿Lo de la sangre está comprobado?

-Aquí tengo un número de una revista científica norteamericana, de las de más prestigio en el mundo, National Geographic Magazine, y aquí hay un artículo de un científico americano, John Heller, del New England Institute. Este hombre ha analizado las manchas de sangre de la Sábana Santa. Y afirma: indiscutiblemente son manchas de sangre humana. Ha encontrado cristales de hemoglobina. Aquí está en una revista de categoría científica internacional. Y en los bordes de las marcas de los azotes hay albúmina de suero, que sólo es visible con rayos ultravioleta.

 

¿Se sabe el grupo sanguíneo?

-Es AB. Yo estuve en Nueva York dando conferencias, dejé allí muchos amigos. Y cuando sale algo de la Sábana Santa me lo mandan enseguida. Un amigo mío de Nueva York me acaba de mandar fotocopia de una revista donde ha salido este detalle. Esta investigación la han realizado simultáneamente el Dr. Heller de EE.UU. y el Dr. Baima Bollone, italiano, en la revista “Sindon”. Hablando yo de esto en el Salón de Cultura “Gonzalo de Berceo” de Logroño, al final de la conferencia, en el coloquio, un médico llamado Miguel Ángel González Moreda me dijo: “es lógico que Cristo tuviera el grupo AB, pues el más frecuente en Oriente Medio”, Más tarde, contando yo esta anécdota en Roma, en el Instituto Regina Mundi, noté que una monja sonreía mientras yo decía esto. Al final de la conferencia le pregunté que por qué se había reído, y me dijo que ella era libanesa, y efectivamente, en Oriente Medio el grupo más frecuente es AB.

 

¿Y qué es eso de la moneda en el ojo?

-En la foto tridimensional que publicó la NASA hace diez años aparecen los ojos abultados. El Padre jesuita Francisco Filas, profesor de la Universidad de Loyola de Chicago, ampliando veinte veces el ojo, fotografió una moneda en el ojo derecho. Los judíos ponían monedas sobre los párpados de los cadáveres para mantener los ojos cerrados. Más tarde, el Padre Filas ha encontrado otra moneda sobre el ojo izquierdo, según afirma en el número de diciembre de 1983 de la revista internacional Sindon dedicada a las investigaciones sobre la Sábana Santa. Pero la moneda del ojo izquierdo se ve peor que la del derecho.

 

En la moneda fotografiada por el Padre Filas se lee: “año 16 de Tiberio”. Este año corresponde al 29 de nuestra era. De este modo la moneda del ojo data la fecha de la Sábana Santa con gran exactitud, pues lo lógico es que pusieran sobre el ojo una moneda que circulaba entonces, la que llevaban en el bolsillo. No es lógico pensar que fueron a buscar en un anticuario una moneda fuera de circulación.

 

Se presentaba el problema de que en la moneda estaba escrito caisaros con C y no con K (kaisaros) como debe escribirse en griego. La solución estaba, según el Padre Filas, en un error del troquelador, pues las monedas se grababan una a una. El troquelador se dejó influenciar del latín, en que César se escribe con C y no con K, como en griego. Alguno le discutía esta explicación al P. Filas. Y él ha demostrado el valor de su explicación, como dice en la revista Sindon, de diciembre del 83, al encontrar en un anticuario de Chicago, Peter Meiss, otras tres monedas con el mismo error, y otra con una errata distinta. En esta revista se han publicado las fotos de estas monedas.

 

¿Cómo se demuestra que no fue otro crucificado y que fue Jesús de Nazareth?.

-Creo que esto está suficientemente probado. A mí me ofrece una gran garantía el que lo dicen personas entendidas, y que están acostumbradas a identificar cadáveres, como son los médicos. En concreto, antes hemos hablado del Dr. Bucklin, que es el director de una clínica forense en Los Ángeles, que es de talla internacional. Este hombre, en la conferencia que nos dio allí en Turín hizo la identificación. Un forense identificando al hombre de la sábana.

 

Antes de seguir hablando de Bucklin, quiero significar que hay otro libro, del Padre Ricci, un sacerdote italiano que es un especialista de esto, y ha escrito un libro, fruto de veinte años de investigación, donde dice: “El hombre de la Sábana Santa es Jesús de Nazareth”.

 

Son muchos los investigadores que identificado a Jesucristo como el hombre de la Sábana Santa de Turín. Pero voy a seguir hablando del Dr. Bucklin, con el cual yo he dialogado personalmente. Bucklin nos dio algunas de las razones para demostrar que el hombre de la Sábana Santa es Jesús. Dijo muchas cosas. Lo más llamativo es que en el hombre de la Sábana Santa aparecen cosas que sabemos no se le hacían a los crucificados. Por ejemplo:

 

A ningún crucificado se le coronaba de espina, porque los crucificados eran ajusticiados. No hay ningún documento donde conste la coronación de espinas ni entre los romanos ni en otro pueblo. La corona de espinas fue exclusiva de Cristo.

 

Tampoco era normal que a un crucificado se le unja con perfume de nardo. En el pelo de Cristo aparecen rastros de ungüento de nardo. Por el Evangelio sabemos que en vísperas de la Pasión, la Magdalena le ungió el pelo con perfume de nardo. No es normal que a un ajusticiado vaya nadie a echarle perfume de nardo en el pelo.

 

Tenemos también lo de la herida en el costado. Los ajusticiados normalmente morían porque con mazas de madera o de hierro les partían las piernas, quedaban colgados de los brazos y morían asfixiados. Era el modo normal de morir de un crucificado.

 

Sabemos que a Cristo le alancearon el costado para rematarle. Cosa insólita en los crucificados.

 

¿Se sabe la causa de la muerte?

-Hay diversas opiniones. Algunos médicos opinan una cosa y otros opinan otra distinta. Yo digo lo que me parece más razonable por la categoría de las personas a quienes se lo he oído decir. Parece que fue por asfixia. Al quedar colgado de los brazos, éstos tiran del diafragma, que a su vez oprime los pulmones, entonces no puede respirar y por ello se asfixia. Cuando todavía tiene fuerzas, se empina sobre el clavo de los pies para tomar aire, pero después termina por desplomarse. Cuando les partían las piernas, se desplomaban del todo y morían asfixiados. Cristo llegó un momento en que no tenía fuerzas para incorporarse para tomar aire, y al quedar colgado de los brazos, muere por asfixia. Por lo tanto, por las cosas que he leído y las personas a las que he oído, mi opinión es que Cristo murió por asfixia. Entre otras cosas me baso en que el Dr. Héller encontró en al sangre hemoglobina ácida, propia del estado de acidosis en la muerte por asfixia. Prescindo de otras teorías que se han dado, porque hay muchas opiniones distintas. Algunos opinan que murió de infarto.

 

Aparece – yo he leído algo de esto- , aparece una especie de halo de algo que quema la Sábana, y alguien ha intentado explicar la resurrección de Jesús...

-Sí. Vamos a explicar esto. Es apasionante lo que ha descubierto la NASA americana. El equipo STURP (Shroud of Turín Research Proyect) llegó a Turín con varias toneladas de aparatos científicos: espectroscopios, computadoras, cámaras fotográficas ultrasensibles, vídeos, aparatos de rayos ultravioletas e infrarrojos, de espectrofotometría, etc., y estuvieron examinando la Sábana Santa durante 120 horas.

 

Estos hombres han descubierto que la imagen se ha producido por una radiación. Estos hombres demuestran que la imagen está grabada a fuego. Es decir, que los hilos están chamuscados. La coloración del hilo no es pintura. Antes ya dijimos que no era pintura. La tela está chamuscada. Y la coloración del hilo es superficial. Ellos calculan hasta la fracción de segundo que duró la radiación que grabó eso.

 

¿Está radiada?

-Exacto. Es el resultado de las investigaciones de Ray Rogers, especialista en Termografía Nuclear, en la revista Science Digest de septiembre del 78 afirma que la ligerísima chamuscadura del tejido ha sido producida por una radiación. Ellos opinan eso. No hay otra explicación. Que la imagen está grabada a fuego es un hecho del que no puede dudar nadie. Porque ahí está para que se examine. La tela está chamuscada. Eso es un hecho. Ahora hay que explicar por qué: ¿Por qué un cadáver ha grabado a fuego su imagen en el lienzo que lo cubre? Esto no ha pasado jamás en la historia de la humanidad. ¿Por qué el cadáver de Cristo ha radiado esa imagen? La única explicación es que en el momento de la resurrección salió un relámpago que grabó a fuego su imagen en el lienzo que lo cubría. Y no hay otra explicación.

 

Padre Loring, no hay más remedio que hablar de una objeción con el Evangelio en la mano, con el Evangelio de San Juan, de que eran unas vendas. Los enterramientos judíos normalmente no se envolvían en sábanas, se rodeaba de lienzos el cuerpo del difunto. Esto, ¿como se explica entonces?

-Lo que voy a hacer es transmitir lo que dicen los especialistas en Sagrada Escritura. Voy a hacer alusión a Monseñor Feuillet, que nos habló en el Congreso de Turín, que es uno de los que más saben en el mundo de San Juan, junto con un jesuita que se llama La Potterie. También quiero hacer honor a las figuras españolas. Tengo aquí un artículo de un sacerdote que se llama Miguel Balagué, que ha escrito en la revista “Estudios Bíblicos”, que es una revista de Sagrada Escritura, donde yo me apoyo para dar la versión que voy a dar.

 

Pero sobre todo opina así el Padre jesuita Alberto Vaccari, primera autoridad mundial en filología de lenguas bíblicas. Así me lo dijo a mí el P. Ignacio de la Potterie, S.I., comentando las diversas interpretaciones de este texto.

 

Vendas no: sábana. ¿Por qué? La palabra griega usada por San Juan es “ozonia”, y “ozonia” es lienzo. Es verdad que la palabra lienzo la puedo traducir por faja, porque las vendas son lienzos. Pero también la palabra lienzo la puedo traducir por sábana. También la sábana es lienzo. Si los tres sinópticos, que son Mateo, Marcos y Lucas, hablan de “sindón”, que significa sábana y solo sábana, cuando San Juan dice “ozonia” que es lienzo, lo lógico es traducir por sábana, como los otros tres, y no por fajas.

 

-El estudio de este tema lo ha expuesto el Profesor de Oviedo Luis García García, Doctor en Teología, en el número 70 de la Revista “Biblia y Fe”, especializada en estudios bíblicos.

 

Por eso, las mejores traducciones de la Biblia como, por ejemplo, Ausejo. Bover-Cantera-O’Callaghan, Cantera-Iglesias, Martín Nieto, Profesores de la Compañía de Jesús, Profesores de Salamanca, etc., traducen “ozonia” por lienzos no por vendas. Los que traducen “ozonia” por vendas es influenciados del francés que traduce “bandelettes”.

 

En cambio, cuando San Juan habla de la resurrección de Lázaro, para decir que estaba fajado emplea la palabra “keiríai” que significa “vendas” y no emplea la palabra “ozonia” que significa “lienzo”.

 

Por eso, San Juan dice que al agacharse (la puerta del sepulcro era muy bajita) para mirar dentro, “vio y creyó” al ver el lienzo (“ozonia”) yaciendo (keímena”) en el suelo, sin el relieve que tendría de estar cubriendo un cuerpo.

 

En cualquier caso, ¿el enterramiento de Jesús aquel Viernes Santo fue precipitado?

-Por eso se podría argüir: “Bueno, pero los hebreos fajaban los cadáveres. Los envolvían con fajas”.

 

Pues sí señor, cuando es la sepultura definitiva. Pero a Cristo le hicieron una sepultura provisional. Porque era viernes y al día siguiente sábado, fiesta entre los judíos. Había que dejar de trabajar al ponerse el sol. Y Cristo muere a las tres de la tarde. Hay que ir a pedir permiso a Pilatos para llevarse el cadáver. La ley romana mandaba entregar los cadáveres de los ajusticiados a cualquiera que los pidiera para enterrarlos. Cuando Pilatos da permiso, hay que buscar la escalera, los ungüentos, las herramientas, la sábana, bajar al Señor, enterrarlo. No tienen tiempo de hacer la ceremonia definitiva. Lo envuelven en la sábana aprisa y corriendo, Y por eso, después de la fiesta volvían las mujeres a hacer la cosa definitivamente. Por tanto, a Cristo ni lo lavaron, según costumbre judía, ni lo fajaron. Por eso la palabra “ozonia”, que en teoría podía ser fajas, de hecho no fueron fajas, fue la sábana de la cual hablan los otros tres sinópticos.

 

Cuando San Juan quiere hablar de fajas o vendas, como en la resurrección de Lázaro, usa la palabra “keiríai”.

 

El Padre Sebastián Bartina, S.I. eminente profesor de Sagrada Escritura, ha estudiado en varios papiros el uso de la palabra “ozonia”, y llega a la conclusión de que “ozonia” (lienzo) incluye “sindon” (sábana) y “sudario” (pañuelo). Según Feuillet, “ozonia” lo mismo puede ser singular que plural. Igual que en castellano “unos pantalones” puede ser una sola prenda o varias. También decimos “unas tijeras” refiriéndonos a una sola pieza. Es un plural enfático. Así opinan también Vaccari S.I. Lavergne, Bonnet, etc.

 

Guiseppe Ricciotti, que ha escrito una de las mejores vidas de Jesucristo de nuestro tiempo, demuestra, en sus estudios, que los evangelistas, a pesar de escribir en griego, utilizan, por su origen y mentalidad hebreos, los llamados “plurales categóricos” habituales en lenguas semíticas.

 

A su vez, el profesor de Oviedo Luis García cita algún pasaje de la Biblia donde se llama “ozonia” a una sábana: en plural.

 

Por otra parte, el griego del siglo V, Nonno de Panópolis, explica este plural usado por San Juan diciendo que como la sábana estaba doblada sobre sí misma, al faltar el cuerpo que envolvía, a la vista del que entraba podía dar la impresión de dos sábanas.

 

¿Y el sudario?

-¿El sudario? Mal traducido. Porque sudario a nosotros nos suena a mortaja. La palabra griega “sudarion” significa “pañuelo para secarse el sudor”. Un pañolón. Y este pañolón no es lo mismo que sudario o mortaja. Es decir, “sudarion” es un pañolón. De este pañolón dice San Juan que “estaba doblado a parte”. La palabra que emplea es el adverbio “jorís”, que se puede traducir modalmente o localmente.

 

En el primer caso significaría “por el contrario”, y en el segundo “en otro lugar”. Aquí, abarca ambos sentidos, como dice José Ghiberti, Catedrático de Filología Neotestamentaria en la Universidad de Milán, y Miembro de la Comisión Bíblica Pontificia.

 

Según autorizados autores, la traducción correcta sería que San Juan vio “el lienzo yaciendo  en el suelo y el sudario, por el contrario doblado a parte”. La palabra utilizada por San Juan, “entetyligmenon” puede traducirse por “enrollado” o “doblado”. Pero aquí parece mejor traducir por doblado, en contraposición de la sábana que estaba estirada. Así opina José Ghiberti en su libro “Dossier sulla Sindone” I, 4.(Ed. Queriniana.Brescia 1998).

 

Por cierto, esto es muy interesante y lo quiero decir aquí en honor de los asturianos. Yo hablé de esto en Oviedo, en el Teatro Campoamor. Hablé un viernes Santo a las 12 de la mañana. A las 3 de la tarde me voy a la Catedral a los oficios. Y viene un sacerdote y me dice:

-Padre, venga Vd. Conmigo.

Me lleve a la Cámara Santa y me dice:

-Esta mañana le he oído a Vd. en el Teatro Campoamor,  cuando hablaba Vd. del pañolón. Este pañolón lo tenemos aquí.

 

Me quedé de una pieza. Lo tenemos aquí. Está aquí desde antes del año 1000. apareció en el Monsacro en una arqueta. Y este pañolón ha sido estudiado por Monseñor Ricci, que ha estado aquí dos veces estudiándolo. Las manchas de sangre corresponden a las de la Sábana Santa. Está bastante estudiado. No lo mismo que la Sábana Santa, pero está bastante estudiado.

 

Este pañolón que está en Oviedo es el complemento de la Sábana Santa. Llegó a Oviedo desde Toledo. Los cristianos que huían de los moros, se iban para el norte y se llevaban todo lo que podían. Y los cristianos de Toledo llevaron una arqueta con reliquias, y escondieron la arqueta en el Monsacro. A Toledo llegó desde Jerusalén por el norte de África. Tiene polen de Palestina y del norte de África.

 

Este pañolón que está en Oviedo yo lo he tenido en mis manos, y lo he besado reverentemente, pensando que es el complemento de la Sábana Santa.

 

Lo hemos tratado un poco de pasada y es un fenómeno que si tiene alguna base científica – Vd. ha aludido a la NASA- es realmente impresionante, una especie de radiación en la Sábana. ¿Podría darnos más detalles?

-Pues sí. Voy a dárselos, porque esto es precioso. Hay una cosa indiscutible: que la imagen está grabada a fuego. Entonces los de la NASA dicen: “la única explicación es una radiación de energía”. Ésta es la explicación, y no hay otra.

 

Lo bonito de esto es que la Sábana Santa viene a ser una confirmación científica de un dogma de fe. Esto es lo bonito. Que la Sábana Santa es un dato que está  ahí, que confirma lo que sabemos por fe. Nosotros sabemos que Cristo resucitó, no porque lo diga la NASA, no por la Sábana Santa: lo sabemos por el Nuevo Testamento, porque lo dice la Sagrada Escritura, es dogma de fe. Aunque no tuviéramos la Sábana Santa seguiríamos creyendo que Cristo resucitó. La ciencia confirmando la fe.

 

En el periódico del Vaticano, L’Osservatore Romano del 27 de abril de 1980, dice el Papa Juan Pablo II: “La Sábana Santa es la reliquia más espléndida de la Pasión y la Resurrección de Jesucristo”.

 

Por cierto, voy a contar una anécdota: Cuando hablé de esto en la Universidad Autónoma de Madrid, al final, en el coloquio, un universitario me dice:

-A mí no me convence esta explicación de la NASA.

Y yo le digo:

-Oye, si sabes más que los de la NASA, dilo y te haces famoso en el mundo. Pero si no sabes más que ellos, lo lógico y razonable es que aceptes lo que dicen los que lo han estudiado y los que entienden.

Y añado:

-Mira, dicen los astrónomos que la distancia de la Tierra a la Luna es de 384.000 kilómetros, como término medio, pues varía según las posiciones. Y esta distancia se mide con error de centímetros, gracias al rayo láser que se refleja en una pantalla que dejaron en la Luna los americanos.

Ahora vienes tú y me dices:

-No será tanto.

-¿Tú la has medido?

-No pero me parece mucho.

Tu eres tonto. Si la has medido, si tienes un método mejor que el láser, dilo; y te haces famoso  en todo el mundo. Pero si no la has medido, lo lógico, lo razonable es aceptar lo que dicen los astrónomos que la han medido. El no haber estudiado una cosa y rechazar lo que dicen los investigadores de ella, es de necios. Lo mismo ocurre con la Sábana Santa.

 

Bien. Hemos tratado de acercarnos a la figura de Jesús a través de este documento gráfico que, según ha dicho el Padre Loring, es prácticamente una fotografía. Hay pruebas suficientemente concordantes de que el personaje era Jesús de Nazaret. Nos parece que ha sido una conversación ilustrativa, apasionante. Le damos las gracias al Padre Loring y a todos Vds.

-Encantado.