I.- Trayectoria histórica de la Sábana Santa

En el Congreso Internacional de Sindonología, celebrado en Turín en octubre del 78, para celebrar el Cuarto Centenario de la llegada de la Sábana Santa a esta ciudad, los 350 congresistas llegados de todo el mundo que allí nos reunimos, pudimos oír al historiador bizantino Georges Gharib que en el Oriente se conserva una antigua tradición cristiana que se remonta al año 200 de nuestra era según la cual, el rey Abgar de Edessa, hoy Urfa, en Armenia (Turquía), estaba leproso y se curó al recibir un lienzo con la imagen de Jesucristo. Entonces se convirtió al cristianismo. El lienzo se conservó en Edessa, en un monasterio de monjes, hasta que fue trasladado a Constantinopla por deseo del Emperador.

Esta tradición se conserva en la liturgia bizantina, que desde el año 944 celebra el 16 de agosto el aniversario del traslado de la reliquia de Edessa a Constantinopla por deseo del Emperador de Bizancio, Romano Lecapeno.

Tanto el historiador bizantino Georges Gharib como el inglés Ian Wilson, opinan que el “mandylion” de Edessa es la Sábana de Turín. [1]

La Sábana estaba plegada en ocho dobleces de modo que sólo aparecía el rostro a la vista. Estuvo así doblada muchos siglos. Por eso aparecen dos rayas paralelas de los pliegues por encima y por debajo de la cabeza.

“Existe un testimonio del año 300 de Nina, la santa que llevó el cristianismo a Georgia, a quien dijo Niáforis, que la Sábana, según tradición muy antigua, proveniente de la Iglesia naciente, la había recogido inicialmente el apóstol Pedro” [2] .

En 1878 en Leningrado, entonces San Petersburgo, se descubrió un manuscrito síriaco, del Siglo VI, que aseguraba explícitamente ser una copia fiel de un original más antiguo que se encontraba en los archivos reales de Edessa. Este documento es conocido como “Doctrina de Addai=Tadeo: Así citado en otras versiones de esta historia [3] .

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Según su relato, el rey Abgar V Ukhamn (9-46 después de Cristo), llamado “El Negro”, por la lepra que padecía, recibió a un tal Tadeo, que difundió el Evangelio por el reino de Edessa. Éste le traía de Jerusalén un lienzo con la imagen del Señor. Al recibirla, Abgar se curó de la lepra y se convirtió al cristianismo. Según la tradición cristiana el apóstol Tadeo fue a Edessa llevando un lienzo con la imagen de Jesús. Eusebio de Cesárea, el mejor historiador de los primeros años de cristianismo y considerado como el padre de la Historia Eclesiástica, dice haber visto, en los archivos de la ciudad de Edessa, una carta de Abgar a Jesucristo pidiéndole fuera a curarle de la lepra [4] .

En el diario de la culta monja española Egeria, que peregrinó a Palestina en el siglo III, se cuenta que ella, en su visita a Edessa, tuvo en sus manos una carta del rey Abgar a Jesús pidiéndole que le sanase de su lepra [5] .

J. Nirschl considera la historia de Abgar como auténtica [6] .

Los viejos cronicones de la ciudad de Edessa hablan de que el año 170 después de Cristo, se convirtió oficialmente al cristianismo todo el reino de Oshroene (Armenia), cuya capital era Edessa, juntamente con su Rey [7] .

De hecho, sabemos que en Edessa estaba desde principios del siglo II una de las comunidades cristianas más antiguas. El reino de Armenia se convirtió oficialmente al cristianismo antes del decreto de Constantino, según el diccionario alemán Lexikon für Theologie und Kirchie, el más completo y moderno de los grandes Diccionarios Religiosos.

El sucesor de Abgar V volvió al paganismo y persiguió a los cristianos.

“El obispo de la ciudad hizo construir y tapiar un nicho en las murallas de la ciudad donde se guardó la preciada reliquia.” Aunque en el año 177, Abgar VIII volvió al cristianismo el paradero del santo “Mandylion” permaneció desconocido hasta que el año 525 una enorme riada que asoló la ciudad piso al descubierto el olvidado nicho. (...)

“Es lástima que tanto Eusebio como la peregrina Egeria visitaran Edessa durante el siglo IV, cuando el “Mandylion” se hallaba todavía oculto en el escondite de la muralla. Por eso únicamente pudieron ver las famosas cartas de que ambos hablan, con lo que nos hemos perdido el valor de sus comentarios directos” [8] .

En el siglo VII San Braulio, Obispo de Zaragoza, habla de la Sábana Santa en carta a Samuel Tajón en año 632. Dice que los lienzos que cubrieron el cadáver del Salvador fuero guardados como reliquias en lugar seguro; pero que él no sabe dónde [9] .

León, de la Iglesia de Constantinopla, testimonia en el segundo Concilio de Nicea, del año 797, haber visto en Edessa el mandylion del cual el Papa Esteban III había hablado en el año 769 con ocasión del Sínodo Laterano [10] .

La Sábana Santa fue llevada a Constantinopla por el emperador Romano Lecapeno que quiso reunir allí las reliquias del Salvador [11] .

La trajo el arzobispo Gregorio, que pronunció el 16 de agosto del año 944 en la iglesia de Santa Sofía, un discurso describiendo la Sábana Santa [12] .

En 1978, el historiador y archimandrita Georges Gharib tradujo el “Sinassario” de Simeón Metafraste, siglo X, donde cuenta la llegada de la Sábana Santa a Constantinopla, atravesando el Bósforo, a manos del arzobispo Gregorio [13] .

El historiador Ian Wilson, graduado de Oxford y especialista en los estudios históricos sobre la Sábana Santa, me afirmó en una conversación que tuvimos en el Congreso de Turín, que él cree que el “mandylion” que fue trasladado de Edessa a Constantinopla en el año 944, es el mismo que hoy se conserva en Turín.

Esta opinión está confirmada por el hecho de que el conocido investigador suizo, especialista en Palinología, Max Frei, ha descubierto en el lienzo de Turín gran cantidad de granos de polen de plantas exclusivas de la región de Edessa.

Existe una carta del año 1095, escrita por el emperador bizantino Alejo I Comneno (1080-1118) a su amigo Roberto de Flandes, Conde de Flemings, en la que se refiere que en Constantinopla se conservaba el lienzo de lino que estaba en la tumba de Cristo después de la resurrección [14] .

En 1147, el rey de Francia, Luis VII venera la Sábana Santa en su visita oficial a Constantinopla, camino de Tierra Santa [15] . En esta ciudad se ponía a la veneración del pueblo todos los viernes en la iglesia de Santa María Blanquerna (Actas del Congreso, pág. 469).

Así lo afirma Roberto de Clary, natural de Picardía, cronista de la Biblioteca Real de Copenhague, titulado Conquista de Constantinopla: 92, folio 50 [16] .

En el Museo de Budapest se conserva el Códice Pray, de 1150, donde se narra que Manuel Comneno recibió en Coantantinopla a un grupo de diplomáticos húngaros que iban a negociar la boda de la hija de Manuel y el hijo del rey de Hungría, y les enseñó la Sábana Santa [17] .

Cuando el saqueo de Constantinopla el 13 de abril de 1204, un jefe de la IV Cruzada, Otto de la Roche, se apoderó de ella y se la trajo a Occidente. El 20 de mayo de 1453, Constantinopla cae en manos de Mohamed II.

Los musulmanes destruyeron todo rastro de cristianismo. Entonces hubiera  desaparecido la Sábana Santa, si los Cruzados no se la hubieran traído a Europa.

Existe una hipótesis de que la Sábana Santa estuvo una temporada en Chipre en poder de lo Templarios, que ocuparon la isla en el siglo XIII. Los Caballeros Templarios formaron una orden religioso-militar, fundada en 1118 por nueve caballeros cruzados de origen francés y flamenco, cuya finalidad era proteger a los peregrinos de Tierra Santa (con  frecuencia diezmados por los sarracenos), la custodia de los Santos Lugares y la salvaguardia de las sagradas reliquias. Se llamaban Templarios o Caballeros del Temple, porque se instalaron en el recinto del Templo de Salomón. Acumularon grandes riquezas, lo cual les trajo la enemistad de muchos nobles que querían apoderarse de ellas; y el rey de Francia, Felipe IV el Hermoso, logró que el Papa Clemente V los disolviera el 22 de marzo de 1312 [18] .

Últimamente se ha encontrado una carta fechada en Roma el 1º de agosto de 1205 y escrita por Teodoro Ángel Comneno, nieto de Isaac II, emperador de Bizancio durante el saqueo de los cruzados. Va dirigida al Papa Inocencio III que convocó la IV Cruzada. Después de lamentarse del saqueo de Constantinopla en abril del año anterior, pide al Papa que intervenga para que sea devuelta la Sábana Santa con que fue envuelto el cadáver de Cristo [19] .

En el congreso Científico Internacional sobre la Sábana Santa celebrado en Niza, en Mayo de 1997, Daniel Raffard, Presidente del CIELT (Centre International d’Etudes sur le Linceul de Turín), nos habló de la posibilidad de que la Sábana Santa hubiera estado temporalmente en Atenas, de donde era Duque y Señor Otto de la Roche.

Después del saqueo de Constantinopla, Otto de la Roche confiscó el Ática y se proclamó Primer Duque de Atenas [20] .

Después se trasladaría al castillo de Ray, cerca de Besançon, propiedad de la familia La Roche. Otto de la Roche estaba casado con Isabel de Ray [21] .

La Sábana Santa aparece en Besançon en 1206 en manos de Poncio de la Roche, padre de Otto de la Roche.

En el castillo de Rigney, de los señores de La Roche, existe una inscripción en piedra, perteneciente a aquella época, que menciona la traída allí de la Sábana Santa desde Constantinopla, por Otto de la Roche [22] .

En el manuscrito nº 826 de la Biblioteca de la Catedral de Besançon se relata que Poncio de la Roche cedió la Sábana Santa a Amadeo de Tramelay, Arzobispo de Besançon [23] .

La Sábana Santa aparece en Besançon, en la iglesia de San Esteban, en 1349 [24] .

La Sábana Santa permaneció en la catedral de San Esteban de Besançon durante siglo y medio [25] .

En la vitrina nº 13 de la Sala de Joyas del Museo Victoria y Alberto de Londres se muestra un colgante (“pendent”) procedente de Besançon con la Sábana Santa enmarcada en oro y pedrería.

En el Centro Internacional de Sindonología de Turín, se encuentran cartas autógrafas de los Cardenales Binet y Mathieu, arzobispos de Besançon, que confirman la presencia de la Sábana Santa en esta ciudad en lo primeros días del siglo XIII [26] .

En 1248 San Luis, rey de Francia, envía a Toledo fragmentos de reliquias que recibió de Balduino II, emperador latino de Constantinopla. Aunque una de ellas está, mencionada como “De la sábana del Señor”, no pertenece a la Sábana de Turín, pues los tejidos son diferentes [27] .

Es célebre la oposición del obispo de Troyes, Pierre d’Arcis, a la ostensión de la Sábana Santa, porque se hizo sin su permiso [28] .

Durante la Revolución Francesa, se destruyó una copia de la Sábana Santa que había en Besançon. La auténtica ya estaba en Turín [29] .

En 1353, pasó a Lirey, a manos de Godofredo de Charny, Comandante Jefe del ejército francés, influyente consejero del rey de Francia y Señor de Lirey, conocido templario, en cuya familia se había extinguido el apellido de La Roche. Estaba casado con Juana de Vergy, descendiente, en sexta generación de Otto de la Roche, en Lirey, permaneció unos 50 años, como consta en un memorial de la Iglesia Colegiata de Lirey, que se conserva en la Biblioteca Nacional Duque de Atenas [30] .

“La Sábana Santa llega a Lirey por transmisión hereditaria” [31] , de París, en la Colección de Camp [32] .

En el Congreso de Niza, Rex Morgan, Presidente del Centro Australiano de la Sábana Santa, nos habló de la posibilidad de que la Sábana Santa hubiera estado temporalmente en Inglaterra, donde estuvo prisionero Godofredo de Charny, pues en un castillo de Templecombe, que fue propiedad de los Templarios apareció la tapa de un cofre de madera con un rostro similar al de la Sábana santa, y en las ranuras de la madera se ha encontrado granos de polen iguales que los de la Sábana Santa, quizás desprendidos de ella.

La última propietaria de la familia Charny de esta reliquia fue la condesa Margarita de Charny,  Condesa de la Roche, viuda de Humberto de la Roche, nieto de Otto de la roche que murió sin hijos y que el 22 de marzo de 1453 se la regaló a la piadosa duquesa Ana de Lusignano, esposa del duque Ludovico de Saboya, quien la conservaría con las mejores garantías.

Los duques de Saboya encargaron una urna de plata para conservarla, y construyeron la Santa Capilla para albergarla dignamente en Chambery, capital de Saboya. En la noche del 3 al 4 de diciembre de 1532, se declaró un incendio en la sacristía de la Santa Capilla, que no destruyó la Sábana Santa, gracias a estar encerrada en la urna de plata. Pero si no destruida, sí quedó deteriorada, dejando unas huellas inconfundibles en el Sagrado lienzo.

Del 15 de abril al 2 de mayo de 1533 las religiosas clarisas de Chambery remendaron con triángulos de lino blanco los dieciséis orificios que hicieron en la sábana doblada unas gotas de plata fundida de la urna recalentada que atravesaron el lienzo.

Más tarde, el 14 de septiembre de 1578, Manuel Filiberto de Saboya la hizo transportar a Turín, nueva capital de Saboya, para acortar el viaje que hacia a pie San Carlos Borromeo, cardenal de Milán para venerar la Santa Reliquia, en cumplimiento de un voto.

En 1694, la Sábana Santa, se instala en la Capilla adosada a la Catedral, que construyó Guarini por encargo del Duque de Saboya, Carlos Manuel II, donde se conserva hasta hoy.

La Sábana Santa fue colocada en esta capilla el 1º de junio de 1694 [33] .

En 1898, con ocasión del matrimonio del futuro rey Víctor Manuel III con la princesa Elena se hizo una ostensión de la Sábana Santa, y el abogado italiano Segundo Pía la fotografío por primera vez en la historia. Era la noche del 27 de mayo.

En la ostensión del 4 al 24 de mayo de 1931, que se hizo por la boda del príncipe Piamonte, heredero de la Corona de Italia, Humberto de Saboya con la princesa María José de Brabante de Bélgica, vuelve a ser fotografiada, en mayo, esta vez por José Enrie. Fotos perfectas.

En 1933, se hizo una ostensión del 24 de Septiembre al 15 de Octubre, con ocasión del Año Santo por el XIX centenario de la muerte de Cristo. En 1969, el Dr. Judica Cordiglia sacó fotos en color con rayos ultravioleta y con infrarrojos, cuando se permitió examinar la Sábana Santa a un grupo de eruditos, del 16 al 18 de junio.

El 4 de octubre de 1973, se hace la primera manifestación televisiva y se da acceso a los científicos.

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En 1978, con ocasión del Cuarto Centenario de la llegada de la reliquia a Turín, se celebra un Congreso Científico Internacional y se hace una ostensión de mes y medio de duración, del 27 de agosto al 8 de octubre. A este congreso asisten 44 investigadores que obtienen la autorización de examinar directamente la Sábana Santa durante 120 horas entre los días 8 y 13 de octubre, con los medios más modernos y sofisticados que entonces existía.

La Sábana Santa, durante la ostensión, estaba expuesta en un marco de acero, iluminado por seis focos, rodeada de un equipo contra incendios y protegida por un cristal antibalas. La gente pasaba por delante, sin detenerse, en una fila de unas 20 personas en fondo, desde las 6 de la mañana hasta las 12 de la noche. Los periódicos calcularon que en el mes y medio que duró la ostensión, desfilaron por delante de la Sábana Santa más de tres millones de personas, en 15.000 peregrinaciones. (Citas de periódicos).

El 18 de marzo de 1983 murió en Ginebra el desterrado Rey de Italia, Humberto II de Saboya, dejando en su testamento la Sábana Santa al Vaticano. Esta reliquia pertenecía a la Casa de Saboya desde 1453.

Desde que José Enrie sacó sus perfectas fotografías de la Sábana Santa, ésta ha sido exhaustivamente estudiada hasta nuestros días. Principalmente por médicos que han confirmado la correspondencia anatómica entre la Sábana Santa y todo lo que dicen los Evangelios de la Pasión de Jesús. Pero también se han hecho estudios técnicos por químicos, físicos, biólogos, arqueólogos, historiadores y peritos en las más variadas especialidades. La conclusión es unánime: no puede ser obra de un falsario.

El 21 de abril de 1988 se recortó de la Sábana Santa una tira de siete centímetros de larga por uno de ancha, para ser sometida al análisis del carbono-14 por tres laboratorios de Suiza, Inglaterra y Estados Unidos. Se dividió en tres fragmentos. A cada centro se mandó un fragmento con otros dos falsos. Solo en el Museo Británico conocían la clave del fragmento verdadero. El resultado fue que la Sábana Santa es de 1260-1390.

Pero fundadas razones pusieron en duda esta afirmación.

Las investigaciones han continuando para datar con más precisión la fecha de la Sábana Santa, y declarar la invalidez de la prueba del Carbono-14 en la Sábana santa de Turín.

Al final de este libro están las conclusiones del Congreso Científico Internacional de Caligari (Italia) en Abril de 199o, para fechar la Sábana Santa e invalidar las pruebas que en ella se han hecho con el Carbono-14.

También hay información de los Congresos Científicos Internacionales de San Luis de Missouri (1991), de Roma (1993), Oviedo (1994) de Niza (1997) y en Turín (1998) en los que sen han insistido en la invalidez de la prueba del Carbono-14 en la Sábana Santa y la autenticidad de ésta.

En la noche del 11 al 12 de abril de 1997 un incendio en la capilla de Guarini puso en peligro la Sábana Santa, pero un heroico bombero llamado Mario Trematore, ayudado por sus compañeros, rompió a martillazos el cristal blindado de la urna que la conservaba, de cuarenta milímetros de espesor, y sacó a hombros el cofre que la contenía momentos antes de que derrumbase el techo de la capilla. Un posterior reconocimiento confirmó que la Sábana Santa no había sufrido daño alguno en el percance. En adelante se conservará desplegada, en una urna de cristal blindado, en una atmósfera de gas inerte y bajo vigilancia de un ordenador [34] .



[1] Actas del II Congreso Internacional de Sindonología, págs. 17-23, 31-50, Turín 1979

[2] María Grazia Siliato: El Hombre de la Sábana Santa, XII, Ed. BAC, Madrid

[3] Pierre Carnac:  El sudario de Turín, I, 4. Ed. Lidium. Buenos Aires. 1984.

[4] Eusebio de Cesarea: Historia eclesiástica, 1ª, XIII. Ed. BAC. Madrid. 120-122 y 136.

[5] Agustín Arce: Itinerario de la virgen Egeria, pág. 241. Ed. BAC. Madrid. 1980.

[6] J. Nirschl: Der Bief wechsel des Konigs Abgar von Edessa, pág. 336. Mainz. 1986.

[7] María Grazia Siliato: El Hombre de la Sábana Santa, XIII, Ed. BAC, Madrid

[8] Jorge Manuel Rodríguez La Sindone de Turín, 1,2. Ed. C.E.S. Valencia. 1998.

[9] Pierre Carnac: El Sudario de Turín, II, 1, f. Ed. Lidium. Buenos Aires. 1984

[10] Daniel Raffard: Indagine sulla  Sacra Sindone, 1, d. Ed. Perrin. París. 1998.

[11] Manuel Igartua. S.I.: La Sábana Santa es auténtica, II, 4, b. Ed. Mensajero. Bilbao. 1990.

[12] María Grazia Siliato: La Sábana Santa.VIII, 2. Ed. P.P.C. Madrid. 1998

[13] María Grazia Siliato: La Sábana Santa.VIII, 7. Ed. P.P.C. Madrid. 1998

[14] Revista SINDON. Junio De 1989, pág. 116.

[15] Baima Bollone: Sindone o no: VII. Soc. Edit. Internazionale. Torino. 1990.

[16] José Luis Carreño. O. S. B. : La Señal. IX, 7. Pág. 339. Ed. Don Bosco. Pamplona. 1983

[17] María Grazia Siliato: La Sábana Santa. VIII, 8. Ed. P.P.C. Madrid. 1998

[18] Baima Bollone: Sindone o no: VIII. Soc. Edit. Internazionale. Torino. 1990.

[19] Manuel Solé, S.I.: L Sábana de Turín, pág. 74, II, 5, B.C., nota 30. Ed. Mensajero.

[20] Daniel Raffard: Indagine sulla  Sacra Sindone, III, 6. Ed. Perrin. París. 1998.

[21] María Grazia Siliato: La Sábana Santa. IX, 6. Ed. P.P.C. Madrid. 1998

[22] Pierre Carnac: El Sudario de Turín, II, 1, m. Ed. Lidium. Buenos Aires. 1984

[23] Revista SINDON, Junio 1989, pág. 64.

[24] Daniel Rops: Historia de la Iglesia, 1º. Anexos II. Ed. Caralt. Madrid. 1969.

[25] José Luis Carreño. O. S. B. : La Señal. IX, 8. Pág. 348. Ed. Don Bosco. Pamplona.1983

[26] Revista SINDON, Junio 1989, pág. 68.

[27] César Barta y Daniel Duque: Revista LINTEUM, 27s (XII, 99 – IV. 2000) 26

[28] Baima Bollone: Sindone o no: IX. Soc. Edit. Internazionale. Torino. 1990.

[29] Manuela Corsini: Historia del Sudario de Cristo. VII. Ed. Rialp. Madrid. 1988.

[30] Daniel Raffard: Indagine sulla  Sacra Sindone, IV, 2. Ed. Perrin. París. 1998.

[31] Baima Bollone: Sindone o no: IX. Soc. Edit. Internazionale. Torino. 1990.

[32] José Luis Carreño. O. S. B. : La Señal. IX, 8. Pág. 350. Ed. Don Bosco. Pamplona. 1983.

[33] Gino Moretto: Sindone: la guida. I, 8. Ed. L.D.C. Torino. 1996.

[34] Daniel Raffard: Indagine sulla  Sacra Sindone. Conclusione. Ed. Perrin. París. 1998.