Conferencias del Padre Jorge Loring S.I.

8. LA AUTENTICIDAD DE LA SÁBANA SANTA DE TURÍN
(Conferencia pronunciada en la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma de Madrid . Antes de la prueba del carbono-14)

Os voy a proyectar unas diapositivas sobre la Sábana Santa de Turín. El lienzo que cubrió el cadáver de Cristo en el sepulcro, y donde ha quedado grabada su imagen.
Estas diapositivas son interesantísimas y emocionantes al mismo tiempo.
Primero, interesantísimas, porque la Sábana Santa es la reliquia que tiene la Iglesia más estudiada científicamente.
Las reliquias hay que estudiarlas. Bueno, algunas no hay que estudiarlas, porque son falsas ciertamente. No sé dónde te enseñan una pluma del Arcángel San Miguel. Esto no hay que estudiarlo, porque los ángeles no tienen plumas.
Los pintan con alas, pero no tienen alas. Por tanto, esas plumas que me enseñan, ya sé que son falsas.
Pero en otros sitios te enseñan un clavo de la cruz de Cristo. Hay que estudiarlo. Porque si hay por el mundo cincuenta clavos, los cincuenta no pueden ser verdaderos. Ahora, de estos cincuenta, pueden haber tres, dos o uno, que sean verdaderos. Hay que estudiar. Hay que ver qué garantías tiene de autenticidad este clavo o esta espina de la corona.
Por lo tanto, las reliquias que hay por el mundo hay que estudiarlas. No puedes aceptarlas «a priori» sin estudio previo. Ni puedes rechazarlas tontamente. Tan necio es el que rechaza una cosa sin haberla estudiado, como el que la acepta sin más.
La Sábana Santa está exhaustivamente estudiada y todas las investigaciones son a favor de su autenticidad.
No sé si oísteis hablar en el programa «La Clave» al Dr. Lynn de la NASA americana y Premio Nobel de Física. Yo tengo grabada la entrevista, y dijo en «La Clave»: «Todas las investigaciones científicas realizadas sobre la Sábana Santa de Turín, garantizan su autenticidad; y no ha habido ningún descubrimiento científico que ponga en duda su autenticidad». Por lo tanto, hasta hoy tenemos unas garantías plenas de la autenticidad de la Sábana Santa de Turín. Por eso es muy interesante lo que vamos a ver.
Segundo: Esto es emocionante. Parece mentira que sea verdad lo que voy a decir. Hace dos mil años que murió Cristo, y hoy vamos a contemplar su fotografía.
Vamos a ver su estructura atlética, su armonía de proporciones y sobre todo su rostro. Vamos a ver la cara que tuvo Jesús. Voy a presentar varios rostros de Jesús. Uno deforme. La cara de Jesús en la Pasión estaba deforme.
Le habían pegado un estacazo en la cara. Tenía un pómulo hinchado. Y deforme porque es la mancha que deja en el lienzo el rostro de Cristo. Está deforme:
no como una fotografía sacada con cámara fotográfica. Pero aunque deforme, es emocionante estar viendo la huella que dejó en el lienzo el rostro de Cristo, sin que mano de hombre la haya tocado.
Después os voy a presentar una foto tridimensional de la NASA americana, obra de los doctores en Ciencias Físicas, Jackson y Jumper, Técnicos en Fotografía Aeroespacial de la NASA, que manejan un complicado aparato, que se llama Analizador de Imagen VP-8. Se hizo para estudiar la orografía del planeta Marte. Esta máquina tiene la particularidad de que reproduce en relieve lo que fotografía.
Yo tuve la dicha de estar en Turín en un Congreso Científico lnternacional, donde se reunieron lo que más saben en el mundo de la Sábana Santa. Estaban por supuesto éstos de la NASA. Y allí en el Congreso nos presentaron un escultura de Cristo, una cabeza de Cristo, sacada electrónicamente de la Sábana Santa. ¡Impresionante! La vamos a ver. Pero muy deforme. Es lógico, porque si lo que hay en el lienzo es deforme, al ponerlo en relieve, pues también sale deforme. Pero interesantísimo. Ya lo veréis.
Pero también voy a presentar otra fotografía tridimensional del Dr.
Tamburelli, Catedrático de Electrónica de la Universidad de Turín, que es mejor que la de la NASA, ¿Por qué? Porque Tamburelli ha suavizado las protuberancias. La de la NASA, como dije antes, es tremendamente deforme, porque tiene las cejas muy abultadas, y el bigote también muy abultado.
Porque con la corona de espinas, que no tenía forma de anillo, como ponen los artistas, sino forma de casquete, sangró tremendamente. Aquella sangre se le acumula en las cejas y en el bigote, y tiene unas cejas prominentes y un bigote abultado. Aquello es muy deforme.
Pero viene Tamburelli, suaviza las protuberancias, y me da un rostro de Cristo, también tridimensional, pero mucho más natural, mucho más suave que el de la NASA.
Después voy a poner otra foto, también de Tamburelli, apasionante y curiosísima. Ha hecho una foto-robot electrónica. Eliminando del rostro de Cristo todo lo que sea dolor, me da una foto-robot electrónica, sin mano de hombre. Todo lo ha hecho la computadora. Una foto que vais a ver después.
Una cosa notabilísima. Para hacer esta foto-robot electrónica, dice Tamburelli en un artículo que leí de él en una revista científica italiana:
«Para hacer esta foto-robot electrónica, he tenido que realizar mil millones de operaciones matemáticas, Con computadora he tardado quince horas, sin computadora hubiera necesitado doscientos años».
Las últimas fotos que pongo, para dejar buen sabor de boca, son dos foto-robot artísticas. Una de Bruner y otra de Aggemian. Lo mismo que hace la policía cuando busca a un individuo que no ha visto nunca Con los datos que recoge, reconstruye el rostro de enorme parecido. Esto han hecho Bruner y Aggemian. Han reconstruido el rostro de Cristo basándose en la Sábana Santa. Han hecho una foto normal, natural, Como debió de ser. Es decir, al estar viendo esta foto-robot artística, podemos pensar: así debió de ser el rostro de Jesús que vio María Santísima.
Esto es emocionante, No ha habido pintor en la Historia del Arte que haya pintado una cara mejor que la que Él tuvo. Ni Velázquez, ni el Greco, ni nadie. Es un rostro de una majestad, de una belleza, de una grandeza, de una bondad, de una paz; de una serenidad, de una unción, de una dulzura, y de una virilidad al mismo tiempo. Dice el Dr. Marañón, especialista en Sexología, como todo el mundo sabe: «Así debió de ser el rostro del varón perfecto».

***

Como dije antes, yo tuve la dicha de asistir en Turín a un Congreso Científico Internacional, donde se han reunido los que más saben en el mundo del tema. Había gente de lo más variado. Estaba por supuesto el equipo de la NASA. Estaban también médicos de talla internacional como el Dr. Bucklin,
norteamericano: Wedenisow, inglés; Rodante y Morano, italianos; etc. Había un criminólogo suizo de la Interpol, Max Frei, que se distinguió cuando aquella misteriosa muerte de Dag Hammarsjold, Secretario de las Naciones Unidas. Max Frei es palinólogo. Después aludiré a él porque ha encontrado cosas muy bonitas.
Por supuesto, había también teólogos. Entre otros, uno de los que más llamó la atención, porque es uno de los que más saben en el mundo de la Sábana Santa, fue Mons. Ricci, italiano. Por cierto, que hace poco he estado yo con él en Roma. Yo fui a Roma a hacer un vídeo de la tumba de San Pedro.
Mis conferencias las pongo en vídeo. Tengo diez vídeos de distintos temas de ciencia y fe. El último que he hecho ha sido el de la tumba de San Pedro. Lo que dicen los arqueólogos. Cómo han identificado científicamente la tumba de San Pedro y los huesos de San Pedro. Están en una necrópolis bajo la Basílica Vaticana. Esto es apasionante. Ése es San Pedro, y el que está encima su legítimo sucesor. El Papa de Roma es el 265 legítimo sucesor de San Pedro, que está enterrado bajo la Basílica Vaticana. El que quiera estar en la Iglesia que Cristo fundó en Pedro tiene que estar en la Iglesia del Papa de Roma, el único legítimo sucesor de San Pedro.
Pues cuando yo estuve en Roma para hacer este vídeo, me fui a ver a Mons.
Ricci a quien conocí en el Congreso de Turín. Me dio datos de última hora que van a ser primicia hoy aquí. Creo que en España nadie dice esto que voy a decir ahora mismo. En adelante los que hablamos de la Sábana Santa terminaremos por decirlo, pero de momento creo que soy el primero que lo dice. Os voy a comunicar las últimas investigaciones de Mons. Ricci.
Lo que ha descubierto Ricci no es exactamente de la Sábana Santa, sino del pañuelo complementario de la Sábana Santa. El Evangelio dice que en la tumba vacía, donde había sido sepultado Cristo, apareció la sábana en el suelo y un pañolón doblado aparte.
Este pañolón, decíamos antes, se lo habían puesto al Señor alrededor de la cara para mantener la mandíbula cerrada. Esta era la opinión de Robinson, que es Catedrático de Historia de Cambridge, que también estuvo en el Congreso de Turín. Robinson opinó esto, y todos seguíamos la opinión de él.
Pero llega Ricci y ha descubierto que este pañolón no estuvo enrollado alrededor de la cara, sino que estuvo sobre la cara.
¿Por qué? Porque cuando vio el pañolón se dijo: «Las manchas de sangre coinciden con las de la cara de la Sábana Santa, por tanto este pañolón estuvo sobre la cara y se empapó con la misma sangre de la cara que empapó la sábana. En el sepulcro lo cubren con la sábana y retiran el pañolón. Pero en el traslado de la cruz al sepulcro le ponen el pañolón sobre la cara. Era un rito funerario judío que cuando la cara del difunto estaba desagradable a la vista, se la cubría con un velo. La cara de Cristo en la Pasión estaba espeluznante. La vais a ver. Porque Tamburelli, informa a la computadora qué es sangre humana y le pide que muestre todo lo que sea sangre en el rostro de Cristo. Y la computadora contesta con una cara que vais a ver después:
espeluznante. Totalmente roja de sangre. Porque como dije antes, la corona de espinas tuvo forma de casquete, y al encasquetarle la corona sangró tantísimo que la cara está totalmente roja. Vais a verla después.
Este descubrimiento de Mons. Ricci, nos hace descartar la teoría de Robinson de que el pañolón estuvo alrededor de la cara para mantener la boca cerrada.
Otro de los grandes investigadores de la Sábana Santa es un padre jesuita de Chicago. Se llama Filas. Este hombre ha logrado fotografiar una moneda en el ojo de Cristo. Cuando la NASA publica su foto tridimensional, a todo el mundo llama la atención los ojos muy abultados. Pero, ¿qué pasa? ¿Cristo tenía los ojos saltones? No pega. El varón perfecto, la cara de hombre más maravillosa que nadie ha podido imaginarse, ¿con unos ojos saltones? No pega. ¿Qué pasa? Se ponen a estudiar: es que los hebreos tenían la costumbre de poner en los párpados unas monedas para mantener los ojos cerrados. Pues ya está. Las monedas que había en los párpados dan unos ojos abultados.
Bien. Pero viene el Padre Filas, fotografía el ojo, aumenta descomunalmente el ojo, y vemos la moneda. Maravilla. Esa moneda que hoy descubrimos en el ojo de Cristo, está en los catálogos de los numismáticos, y resulta ser un leptón, la moneda más pequeña en tamaño y en valor que usaban los hebreos en tiempos de Jesús. Un leptón acuñado por Poncio Pilatos y que circuló en Palestina entre los años 26 y 36 de nuestra Era. Esta moneda está en los catálogos de los numismáticos, y esta misma moneda aparece hoy en el ojo de Cristo. lmpresionante.
Vais a ver la moneda después. Veréis un bastón de mando y una inscripción griega.
En la moneda siempre se pone una cara. Antes en España poníamos la cara de Franco. Ahora ponemos la cara del Rey. En el tiempo de Pilatos, la cara del Emperador.
Pero los hebreos no querían caras, no querían efigies, no querían imágenes. Y Pilatos para no herir los sentimientos judíos, en lugar de una cara pone un bastón de mando. Se ve perfectamente. Y una inscripción griega.
Se lee: «UCAI». ¿Qué es UCAl? U, es la última letra de Tiberiu; y CAI las tres primeras de Caisaros. La inscripción total es Tiberiu Caisaros: de Tiberio César. Pero como es de cobre, y es blanda, y está gastada por el uso, de Tiberiu Caisaros se lee UCAI. Lo vais a ver después.
Aunque Caisaros se escribe en griego con K y no con C, como aparece en la moneda, pudo ser una equivocación del grabador, por influjo del latín, que se escribe con C.
Según el numismático Michael Marx, de Oak Lawn, estas equivocaciones en las grabaciones de las monedas no eran raras, pues las monedas se grababan una a una. Estos datos están tomados del Chicago Sun-Times Monday, November, 12, 1979.
Todos los descubrimientos vienen en cadena. Cada descubrimiento me trae otro mejor. Esta moneda ha tenido el enorme valor de que me data la fecha de la Sábana Santa con precisión de diez años. Porque si sabemos que esta moneda circuló en Palestina entre el 26 y el 36, pues ésa es la fecha de la Sábana Santa. Porque lo normal es que a Cristo le ponen la moneda que circulaba, la que llevaban en el bolsillo.
Le dijo José de Arimatea a Nicodemo:
-Oye Nicodemo, que me he dejado el monedero en casa, ¿tienes suelto?
Y Nicodemo se mete la mano en el bolsillo y dice:
-Sí, oye, aquí tengo un leptón.
Él saca el leptón y se lo pone en el ojo. La moneda que lleva en el bolsillo. Le ponen en el ojo la moneda que circula. Si nosotros sabemos que esa moneda circuló entre los años 26 y 36, ésa es la fecha de la Sábana Santa. Con un margen de diez años.

***

Vamos a pasar a la parte histórica.
Sabemos que de Jerusalén pasó a Edesa, hoy Urfa, en Armenia, Turquía Meridional. De Edesa pasó a Constantinopla. El Emperador quiso reunir en Constantinopla todas las reliquias importantes de la Pasión de Cristo, y entre otras estaba esta Sábana Santa. Se exponía los viernes a la veneración de los fieles en la iglesia de Blanquerna, mandada construir para ello por Santa Pulqueria, Emperatriz de Bizancio. Estaba en Constantinopla desde el año 944 de nuestra Era.
Pero, a veces, Dios escribe derecho con renglones torcidos. Fue necesario un latrocinio, el saqueo de Constantinopla por los Caballeros de la lV Cruzada, para salvar este lienzo de la destrucción.
Otto de la Roche, un jefe de la IV Cruzada, robó este lienzo en el saqueo de Constantinopla, y se lo trajo a Europa, a Besançon. Después estuvo en Lirey, Chambery, y hoy está en Turín.
Digo que Dios escribe derecho con renglones torcidos, porque cuando aquellos cristianos de Constantinopla descubrieron que los cruzados les habían robado la Sábana Santa, es lógico que montaran en cólera. pero fue providencial, porque muy pocos años después de aquel saqueo por los cruzados, Constantinopla fue saqueada por los musulmanes, que arrasaron todo rastro de cristianismo, Si los cruzados no se traen a Europa la Sábana Santa, la hubieran destruido los musulmanes, y hoy no la tendríamos.
De esta trayectoria por Europa hay abundante documentación en los archivos, y de esto no hay problemas. Pero sin embargo, no hay documentación de los mil primeros años.
Por cierto, voy a contar una anécdota que me pasó aquí en Madrid, en la Universidad Complutense. Después contaré otra anécdota, también aquí en Madrid, en esta Universidad Autónoma. Pero esta anécdota es de la Complutense. En el Salón de Biológicas. Estaba también abarrotado de chicos, como está también ahora este espléndido salón. Gracias a los organizadores que lo han hecho muy bien y se han movido mucho. Hay que agradecerles el trabajo que se han tomado para que vosotros podáis asistir llenando este enorme salón.
Cuando hablé en el Salón de Biológicas, al final, en el coloquio, me dice un chico:
-Bueno, Padre, Vd. ha citado documentación de distintos archivos, en la trayectoria histórica europea, pero nada nos ha dicho de los primeros mil años, de la primera trayectoria en el Oriente Medio. De eso no nos ha dicho nada.
Y le digo:
-Pues es verdad. Tienes razón. Y es que de los primeros mil años no hay documentación. Pero mira, muchacho, no me seas ridículo. Si eres hipercrítico, haces el ridículo. Mira, si en la tumba vacía aparece la sábana que envolvió el cadáver de Cristo, es lógico que esa sábana se la lleve María Santísima, que es su Madre. Si María Santísima vive con San Juan, es lógico que al final de su vida, la sábana pase a San Juan. Lo que no es lógico, es que María Santísima vaya a un notario a hacer un acta notarial de que deja la Sábana a San Juan. A María Santísima ni se le pasa por la cabeza hacer un documento. Hoy tenemos la costumbre de la documentación, pero a María, en aquel tiempo, de documento cero. Nada. Ni se le ocurre. Ella se queda con la sábana de su Hijo. Se la deja a San Juan, y punto. No hay documentos. No me busques en los archivos lo que no existe. No seas hipercrítico.
Sin embargo, tenemos un documento infalsificable, ¿Cual? Los granos microscópicos de polen que el viento incrustó en el tejido. Obra del criminólogo suizo de la Interpol, Max Frei, Palinólogo. Este hombre estudia el polen pegado al tejido. El polen se pega al tejido y no hay quien lo despegue, hasta que este tejido se quema o se entierra. El polen no se despega del tejido. Lo mismo que las semillas del campo que se pegan al tejido. Tiras de la semilla y te llevas la lana del jersey.
El polen de cada planta tiene formas muy diferenciadas y fácilmente catalogables. Y el especialista sabe de qué planta es cada grano de polen.
Por otra parte, sabe el área de difusión del polen, porque el viento no se lleva el polen más allá de ciertos límites. Porque el viento amaina y el polen cae. Entonces el especialista que sabe las zonas donde está cada planta y el área de difusión del polen de cada planta, al examinar la corbata, la chaqueta o el jersey del presunto criminal, dice: «Este hombre pasó por aquel bosque o estuvo en aquel jardín». Yo pronuncié esta conferencia en Nueva York, en Boston y en Washington; pero sólo en Nueva York la repetí veinticinco veces. Nueva York es tan grande, que no puedes contentarte con tener la conferencia en un solo sitio. Aquello es inmenso. Y yo la repetí por distintos distritos: en Manhattan, en Brooklyn, en el Bronx, en Queens, en New Jersey, etc. Y yo les decía a los neoyorquinos:
«Como Vds. comprenderán, aquí en Nueva York no llega el polen de Palestina.
Esto es evidente. Imagino que ninguno de Vds. puede pretender encontrar en su tejido polen de plantas exclusivas de Palestina. Aquí no llega el polen de Palestina. Bien, esto es evidente para nosotros».
Pues Max Frei, estudiando el polen de la Sábana Santa, afirma que este lienzo estuvo en Palestina en el siglo I, porque ha encontrado granos de polen de plantas, que sólo se dan en Palestina. Es más, ha encontrado en la Sábana granos de polen de plantas hoy desaparecidas. Plantas de Palestina que hoy no existen, pero que esos granos de polen aparecen en estratos sedimentarios de Palestina del siglo I. Por eso afirma Max Frei: «Es indiscutible que este lienzo estuvo en Palestina en el siglo I».
Ésta es una de las pruebas irreversibles de la autenticidad de la Sábana Santa.

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Vamos a pasar a la parte científica.
La parte científica empieza en 1898, cuando un abogado italiano llamado Segundo Pía, pide permiso y es el primero que fotografía el lienzo. Fotos muy malas, porque la fotografía estaba en sus comienzos. Yo he visto la máquina que utilizó Segundo Pía. Es un armatoste primitivo, Además tuvo contratiempos con la iluminación. Fotos muy malas; pero aunque muy malas, tuvieron el valor de descubrir que aquellas manchas que a simple vista no se veían gran cosa, al ser fotografiadas, tomaban enorme relieve y se veía perfectamente un hombre de cuerpo entero. Como todo el mundo sabía que aquella sábana había cubierto el cadáver de Cristo, corre por el mundo la gran noticia: hemos logrado la fotografía de Jesucristo. Se despierta en el mundo un interés apasionante para estudiar la Sábana Santa.
El Papa encarga a la Academia de Ciencias de París que haga un estudio científico de la Sábana Santa. La Academia de Ciencias de París hace el estudio y llega a la conclusión afirmativa: El lienzo que se conserva hoy en Turín es el mismo que cubrió el cadáver de Jesús de Nazaret.
Esta afirmación tiene un doble valor; primero, por la categoría de la Academia de Ciencias de París, y segundo porque algunos miembros de esta Academia no eran creyentes: un Delage, un Berthelot. Eran descreídos, librepensadores, racionalistas. Ellos prescinden de si Cristo es Dios o no es Dios. Pero aceptan a Cristo como un personaje de la Historia. Y afirman que el lienzo que hoy está en Turín es el mismo que cubrió el cadáver de Jesús de Nazaret.
¿Por qué llegan a esta conclusión? Voy a decir un par de cosas fáciles de exponer.
Primero: esta imagen no es obra de un artista. ¿Por qué? Porque es un negativo. Es absurdo pensar que en la Edad Media un pintor pintara en negativo. Hoy, después de inventada la fotografía, cuando todos hemos tenido en nuestras manos un cliché fotográfico, sabemos interpretar la inversión del blanco y el negro, Y la técnica del negativo se emplea continuamente en tipografía. Pero en la Edad Media no había fotografía, ¿cómo un medieval iba a pintar al revés el blanco y el negro.? Es absurdo. El medieval pinta al derecho. Lo blanco, blanco; y lo negro, negro. Pero la inversión del blanco y el negro antes de inventarse la fotografía, es absurdo, es imposible. Un medieval que pinta un ojo, pinta la pupila negra y el globo blanco; pero, ¿un medieval va a pintar la pupila blanca y el globo negro? Es ridículo, es absurdo. Imposible.

Miren Vds., en mi opinión, el hombre más entendido en la Sábana Santa en España, es el padre José Luis Carreño, salesiano, sabe mucho más que yo. Yo he escrito un libro de la Sábana Santa, y él ha escrito cinco. Yo le copio a él, y él no me copia a mí. Está claro que él es el maestro y yo soy el discípulo.
Voy a contar una anécdota en honor del P.Carreño, que estará escuchando desde el cielo. Ha muerto hace poco.
Cuando fui al Congreso de Turín, Luis del Olmo me hizo una entrevista en «Protagonistas». Y me dice: «AI volver del Congreso hablaremos otra vez».
Vuelvo del Congreso, y Luis del Olmo me hace otra entrevista en «Protagonistas». Y me dice:
-Oiga Vd., cuéntenos alguna anécdota.
Estás en directo y no puede haber silencios, y le digo:
-Pues no sé...
Y de pronto se me ocurrió.
-Mire, una anécdota. El mayor aplauso del Congreso fue para un español.
-Hombre; eso sí que es noticia: que en un Congreso Científico Internacional el mayor aplauso se lo lleve un español.
Y le digo:
-Sí señor. El padre salesiano José Luis Carreño. Ni la NASA, ni nadie; se llevó el aplauso que se llevó él.
-¿Por qué?
-Porque el P.Carreño, que era navarro de nacimiento, tenía un salero que parecía andaluz. Y se llevó el mayor aplauso del Congreso con una salida genial que tuvo.
Pues voy a leer otra salida genial del P. Carreño. Se le ocurre a él
decir:
-Es imposible que un medieval pinte en negativo. Pintar al revés el blanco y el negro es imposible. Lo mismo que nosotros no leemos al revés, porque no nos enteramos de nada. Un medieval no pinta al revés, porque no se entera de nada.
Y dice:
-Voy a leer en español, voy a leer castellano, pero al revés:
«Sanirdnolog sarucso sal narevlov
ragloc a sodin sus noclab ut ed»
Esto parece ruso. Es Bécquer. He leído a Bécquer. He leído:
«Volverán las oscuras golondrinas
de tu balcón sus nidos a colgar».
Al derecho suena a Bécquer, pero al revés suena ruso. Esto no lo conoce ni Bécquer. Lo mismo que nosotros no leemos al revés, porque no nos enteramos de nada, un medieval no pinta al revés, porque no se entera de nada. Esto es un negativo, aquí están invertidos el blanco y el negro, esto desde luego no es obra de un artista medieval.
Pero, además, con el analizador de imagen, se captan matices de contraste que no capta el ojo humano. Por eso no ha podido ser obra de un artista medieval.
Segundo. Esto no es pintura. ¿Por qué? Porque en el lienzo están coloreados los hilos, pero entre hilo e hilo no hay grumo de pintura. Si yo doy con un pincel un trazo en un lienzo, coloreo los hilos, pero dejo grumos de pintura entre hilo e hilo. En la Sábana Santa están coloreados los hilos, pero no hay grumos de pintura entre hilo e hilo. Esto no es pintura.
Tercero. Esta imagen está grabada a fuego, La tela está chamuscada. La coloración se debe a que la tela está quemada. Esto es apasionante. ¿Por qué un cadáver ha grabado a fuego su imagen el en lienzo que lo cubre? Esto jamás ha ocurrido con ningún cadáver. ¿Por qué el cadáver de Cristo grabó a fuego su imagen en el lienzo que lo cubre? Explican los doctores en Ciencia Físicas de la NASA americana: esto sólo ha podido ocurrir por una radiación en el momento de la resurrección. No hay otra explicación. La energía que desprendió el cuerpo de Cristo al resucitar, grabó a fuego su imagen en el lienzo; y no hay otra explicación. Por eso la Sábana Santa es un documento científico que está ahí, para que lo estudie el que quiera, que no se puede discutir porque está ahí, que confirma un dogma de fe: que Cristo resucitó.
Esta radiación también grabó a fuego en la tela las manchas de sangre. Fue un proceso parecido al que utilizan en el Corte Inglés para grabar a fuego en una camiseta un nombre o un dibujo. Por el otro lado de la tela se transparentan las manchas de sangre, pero no la imagen grabada a fuego.
El primero que expuso que las manchas de sangre estaban grabadas a fuego en la Sábana Santa, fue el inglés Dr. David Willis, en el semanario londinense «Tablet».
El Dr. Willis fue uno de los científicos que tuvo acceso a la Sábana Santa en noviembre de 1973, cuya viuda yo conocí en el Congreso Internacional de Turín, y que un día me invitó a comer con ella y con el alemán Dr.
Karl-Eimar Federer, que nos presentó.
Ahora viene bien la anécdota que me pasó la otra vez que hablé aquí en la Universidad Autónoma. Al final del coloquio me dice un chico:
-Oiga, Padre, a mí eso de la NASA no me convence.
-¿Qué dices, muchacho? ¿Que no te convence? Pero, ¿tú has estudiado la Sábana Santa? ¿Tú sabes más que los de la NASA? Pues dilo muchacho. Que te haces famoso. Ahora, si tú no has estudiado la Sábana Santa, y le discutes a los científicos que la han estudiado, eso es de necio. Si tú sabes más, dilo; pero si no sabes más, cállate muchacho. No se lo discutas a los que la han estudiado.
Y se me ocurrió una cosa, que se quedó callado. Le digo:
-Mira, yo soy aficionado a la Astronomía, doy conferencias de Astronomía, me he leído más de cien libros de Astronomía. En todos los libros de Astronomía te dicen que la distancia de la Tierra a la Luna es de 384.000 kms. Es más, los americanos han dejado en la Luna una pantalla de rayos láser, y con el rayo láser se mide la distancia en cada momento, porque varía, según las posiciones. En cada momento medimos la distancia de la Tierra a la Luna, con error de centímetros, en una distancia de 384.000 kms.
Y ahora vienes tú y dices:?
-¿ 384.000 kms? No será tanto.
-Oye, chico, ¿lo has medido?
-No, no. Yo no lo he medido, pero es que me parece mucho.
-Eres idiota, muchacho. Si lo has medido, di lo que tú has investigado. Si tienes datos objetivos de investigación, dilos; pero si no lo has medido, lo más elemental, lo más prudente, lo más sensato, es que aceptes lo que dicen los que lo han estudiado.
Por lo tanto, la Sábana Santa, según los técnicos de la NASA americana, tiene una imagen grabada a fuego.
Y también otra cosa: el hilo no está carbonizado, está superficialmente chamuscado, y por la penetración de la quemadura, se mide la duración de la radiación, la fracción de segundo que duró la radiación. Todo esto te lo dicen los técnicos de la NASA americana.

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Ahora bien, la Sábana Santa es un documento que confirma un dogma de fe, que Cristo resucitó; pero los católicos creemos que Cristo resucitó, no por la Sábana Santa, sino por la Biblia. Nuestros abuelos no sabían de la Sábana Santa lo que nosotros sabemos, y creían que Cristo resucitó, porque es dogma de fe, porque es verdad revelada por Dios y nosotros aceptamos las verdades reveladas como verdaderas. Mi fe en Cristo resucitado no se basa en la Sábana Santa, sino en la Biblia, en el Nuevo Testamento. Si la Sábana Santa fuera falsa no pasa nada, pues nuestra fe en Cristo resucitado no se basa en ella, sino en el Evangelio.
......La Iglesia no me manda creer en las verdades científicas y en las verdades históricas. La Sábana Santa es un documento científico, un documento histórico. Es la ciencia, es la historia la que me impone la Sábana Santa, no la Iglesia. La Iglesia prescinde. La Iglesia no necesita la Sábana Santa. Si la Sábana Santa me apoya en mi fe, muy bien. Pero la Iglesia no me manda creer una verdad científica, ni una verdad histórica. El teorema de Pitágoras será verdad, pero la Iglesia no me lo impone. El principio de Arquímedes será verdad, pero la Iglesia no me lo impone. Son las Matemáticas y la Física. La Iglesia sólo me impone las verdades reveladas por Dios. Si Dios lo ha dicho, eso sí. ¿Quién soy yo para discutir a Dios lo que Él afirma? La existencia del infierno, es dogma de fe, verdad revelada por Dios.«Es que a mí no me cabe en la cabeza». Lo siento muchacho.
Aunque no te quepa en tu cabeza, es así porque lo ha dicho Dios. Y si no cabe en tu cabeza, es que tienes una cabecita muy pequeñita. Pero hay muchas cosas que son verdad, aunque no quepan en tu cabeza.
El infierno es verdad lo entendamos o no lo entendamos. Es verdad porque Cristo-Dios lo afirma. Si Cristo-Dios lo afirma, ¿quién soy para discutirle a Dios lo que Él afirma? ¿Por quién me he tomado? ¿Qué me he creído yo? Por tanto, las verdades dogmáticas son verdades afirmadas por Dios. Que yo las entienda o las deje de entender, está de más. No son verdad porque yo las entienda, son verdad porque Dios las revela.
La Sábana Santa no es una verdad revelada, es un documento científico, es un documento histórico. Es la Ciencia, es la Historia, quien me impone la Sábana Santa, Y el que no crea en la Sábana Santa, no comete ningún pecado contra la fe, lo comete contra la ciencia, contra la historia y contra la cultura.

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Finalmente, voy a terminar ya, quiero deciros que para que entendamos bien lo que vamos a ver, tenemos que independizarnos de dos líneas negras de tela carbonizada, que llaman mucho la atención. La Sábana Santa estaba doblada en una urna de plata, en la iglesia de Chambery. Hubo un incendio y la plata recalentada carbonizó los bordes de la tela; es más, parte de la plata recalentada se fundió y unas gotas de plata fundida atravesaron el lienzo, y dejaron dieciséis agujeritos que después fueron remendados por las religiosas clarisas de Chambery. Pero si nos independizamos de las dos líneas negras de tela carbonizada y de los dieciséis triangulitos de remiendos, veremos perfectamente en medio la figura de un hombre de cuerpo entero en sus dos proyecciones frontal y dorsal.
La Sábana Santa le cubre por delante y por detrás. Las imágenes frontal y dorsal están yuxtapuestas por la cabeza. La primera vez que sale, quizás nos hagamos un lío con tantas manchas y tantos remiendos. Pero enseguida os acostumbraréis a prescindir de las quemaduras y de los remiendos, y veréis perfectamente a Cristo de cuerpo entero en sus proyecciones frontal y dorsal.
Providencialmente las quemaduras enmarcan el cuerpo de Cristo. Si las quemaduras hubieran sido por el medio, nos quedamos sin imagen; pero las quemaduras no dañan la imagen. Rozan un poco los hombros, pero nada más.

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Pero además de estas quemaduras hay una porción de manchas. Por ejemplo, de las sales del agua con que apagaron el incendio, que al evaporarse, quedaron las sales. Hay manchas de sangre, que en concreto han sido estudiadas por el científico americano John Heller, del Instituto de Nueva Inglaterra (U.S.A.), como se expone en un artículo de esta revista de fama internacional «National Geographic». Pues este científico ha estudiado las manchas de sangre con análisis espectral y ha confirmado los componentes de la sangre humana que hay en el lienzo: cristales de hemoglobina y proporción correcta de hierro.
Traduzco de la revista: «Ninguna de las pruebas hechas hasta ahora demuestran que las manchas de sangre no sean de sangre. Al contrario, un gran número de pruebas inducen a pensar que verdaderamente sean de sangre.
Bajo los rayos ultravioleta, estas manchas responden como si fueran de sangre. Adicionalmente las pruebas de rayos X demuestran el porcentaje correcto de hierro en la sangre». En la revista de la Sociedad Óptica de América «Aplied Optics», del 15 de agosto de 1980, en la pág. 2742, dicen textualmente los doctores John H. Heller y Alan D. Adler. «Mediante pruebas espectroscópicas y químicas hemos identificado la presencia de sangre en la Sábana Santa de Turín, en las zonas consideradas como manchas de sangre».
Otro americano llamado Wilcox, ha escrito este libro que se llama «EI Sudario», donde dice: «No hay manchas de descomposición del cadáver. El cadáver que estuvo tres días envuelto en esa Sábana Santa, no dejó la más mínima mancha de descomposición».
El Sr. McCrone ha declarado en el «Catholic Herald», cuyo recorte tengo aquí, que las manchas son de pintura. Esta afirmación ha sorprendido a los científicos. En esta fotocopia del «The New York Times» del 28 de octubre de 1980, treinta y dos científicos americanos que estudiaron directamente la Sábana Santa en octubre del 78, han protestado enérgicamente ante esta afirmación de McCrone, el cual no estuvo en Turín durante los días que la Sábana Santa fue sometida al estudio directo de los investigadores, según el «The Miami Herald», noticia de la que también tengo aquí la fotocopia.

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A esta Sábana Santa se la llama el quinto Evangelio. ¿Por qué? Porque nos dice muchas cosas que no sabíamos. Los Evangelios, como sabéis, son cuatro.
Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Pero los Evangelios se escriben para gente que conocía cómo era la crucifixión. Los evangelistas no se ven obligados a describir la crucifixión. Dicen: «fueron y lo crucificaron». Sin más. Pero hoy tenemos muchas dudas de cómo fue aquello. La Sábana Santa se llama el quinto Evangelio porque aclara cosas que no sabíamos.
Por ejemplo: los artistas nos ponen los clavos de las manos en las palmas de las manos. Dicen los médicos que no pudo ser en la palma. En la palma no hay tejido resistente que aguante el peso del cuerpo. Se hubiera desgarrado la mano con el peso del cuerpo, El clavo tuvo que ser en el carpo, en la muñeca. Hay un punto que se llama espacio de Destot que permite introducir un grueso clavo, que desplaza los huesos del carpo, con enorme dolor, pero sin romper ninguno, y sujeta firmemente la mano al madero. En la Sábana Santa, la herida de las manos no está en la palma, como ponen los artistas, está en el carpo, en la muñeca, como dicen los médicos que tuvo que ser.
Otro dato. Hay discusiones en los autores si a Cristo lo crucificaron con tres clavos o con cuatro. Algunos, como Velázquez, ponen cuatro: las piernas paralelas y un clavo en cada pie. Otros, tres clavos: un pie sobre otro, y un clavo para los dos pies. La Sábana Santa decide la cuestión. A Cristo lo crucificaron con tres clavos y no con cuatro. ¿Por qué? Porque tiene un pie encogido. El pie derecho deja la huella de la planta perfectamente; y el izquierdo sólo la huella del talón. Estuvo sobre el derecho en la cruz, y los dos pies con un sólo clavo. Al poner las piernas paralelas en el sepulcro con la rigidez cadavérica, el derecho dejó huella de la planta y el izquierdo sólo la huella del talón. Por lo tanto, está claro que Cristo fue crucificado con tres clavos y no con cuatro.
Otro dato. La Sábana Santa nos habla de cómo fue la muerte de Cristo.
Cristo murió por asfixia. El crucificado muere por asfixia, Al estar colgado por los brazos, los brazos tiran del diafragma, oprimiendo los pulmones, no puede respirar y se empina para tomar aire. Pero al empinarse y descansar todo el cuerpo sobre el clavo de los pies, no puede de dolor y se desploma.
Pero al desplomarse se ahoga y se vuelve a empinar. Y dice el Dr. Barbet, cirujano de París, que al empinarse y desplomarse, la mano giraba sobre el clavo y le destrozaba el nervio mediano y le producía un dolor de paroxismo.
Dice: «Cristo debió morir de dolor. Si no murió de dolor fue por un esfuerzo sobrehumano, porque la naturaleza no puede aguantar tanto dolor. Se inhibe la naturaleza. Viene un síncope y se muere de dolor».
La explicación que he grabado en la cinta de las diapositivas, la he sacado de libros de médicos. Me he leído veinticinco libros de médicos que estudian esto, y he sacado lo que ellos dicen. Lo que dicen de la Pasión los médicos es apasionante. Una auténtica meditación. La Pasión fue mucho más de lo que nosotros nos podemos imaginar. iLo que Cristo sufrió al morir por nosotros!.
Tuve esta conferencia en la Costa del Sol, en la Urbanización de Sotogrande, y al final, un muchachote de 20 ó 22 años, me dijo:
-Padre, yo nunca había pensado lo mucho que Cristo sufrió por nosotros.
Finalmente, soy jesuita, es lógico que termine citando a mi Padre San Ignacio, Fundador de la Compañía de Jesús. Y voy a terminar esta introducción con una frase que él pone en el libro de los Ejercicios. Me parece que viene muy bien como colofón de esta introducción: «Viendo todo lo que Cristo ha sufrido por mí, yo ahora, en adelante, ¿qué voy a hacer por ÉI?»
Esta es la pregunta que queda en el aire para que cada cual la responda en el fondo de su corazón: viendo todo lo que Cristo ha sufrido por mí, yo ahora, en adelante, ¿qué voy a hacer por Él?
Pues dicho esto, paso a la proyección de las diapositivas.


N.B. Para ampliar el tema de la Sábana Santa, el autor tiene un libro y dos vídeos (antes y después del carbono-14), en todos los sistemas.

N.B.: Esta conferencia está disponible en DISCO COMPACTO (CD) y en vídeo.
Todos los sistemas.
Pedidos a la EDITORIAL SPIRITUIS MEDIA-Apartado 2564-11080.Cádiz. (España) Correo electrónico (e-mail):spiritusmedia@telefonica.net