etiros espirituales

Muchos y muy diversos son los esquemas, tipos o estilos de retiros.
A continuación explicaré cómo son los cursos de retiro que suelo predicar

¿ Qué es un retiro espiritual?

La idea de retirarse, para hablar más íntimamente con Dios y hacer oración es inherente a la naturaleza humana. En la Sagrada Escritura se hallan abundantes testimonios de estos “retiros” del hombre para ir a un encuentro personal y más directo con Dios. El mismo Jesús se retira en oración para preparar los momentos cumbres de su paso por la tierra. Hoy como siempre el cristiano necesita de unos días de retiro, donde procure llegar a un trato más íntimo con su Padre que le permita conocerlo más y conocerse mejor.

¿ Para qué sirve?

Quien tiene un negocio se preocupa por saber si éste mejora o empeora, no vaya a ser que termine en la quiebra por no haber buscado soluciones a los problemas.

El “negocio” más importante que tiene el hombre sobre es salvar su propia alma y ganar el cielo. Por eso conviene –al menos una vez al año- ver con detenimiento cómo están aprovechándose los talentos (las virtudes y los dones) que Dios le ha dado y procurar, también, descubrir -con la luz del Espíritu Santo- qué cosas se están haciendo bien, qué cosas mal (para ponerles remedio) y qué cosas podrían hacerse mejor.

¿ Cómo es su “estructura”?

Habitualmente estos retiros comienzan el jueves por la noche y terminan el domingo por la tarde. En estos días, además de participar en la Santa Misa, rezar el Rosario y hacer el Via Crucis, se tendrán meditaciones, pláticas y charlas en las que el sacerdote –o la persona que de la charla- desarrollará temas que tienen mucho que ver con la lucha del cristiano. ¿Qué temas? Por ejemplo: el llamado a la santidad, la lucha por conseguir virtudes, el pecado, la tibieza, las postrimerías (la muerte, el juicio, el premio o el castigo). También –contemplando la vida de Jesús que es el modelo que hay que imitar-, se meditarán sus enseñanzas: el mandamiento nuevo de la caridad, la invitación al apostolado, la exigencia de la pobreza para entrar en el reino de los cielos, la necesidad de cumplir con perfección los propios deberes, la importancia de la oración...Entre cada meditación, plática o charla se tendrán momentos libres para meditar los contenidos de aquellas.

¿ Cómo hacerlo bien?

El silencio exterior ayudará a conseguir ese “silencio interior”, que permitirá escuchar la voz del Señor. El retiro es tiempo de oración personal, de diálogo con Dios. Se procurará buscarle para tener con Él una conversación confiada. Pidiendo gracias a Dios y siendo muy sinceros con uno mismo, convendrá hacer un examen valiente, sin esconderse en el anonimato. Todo esto puede costar pero vale la pena

 

Ordenación con San Juan Pablo II 1990

Con San Josemaría 16 de junio de 1974

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